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Vos sos contra mío

jueves, 12 de noviembre de 2009 , Posted by SebaJunes at 12:01

Estudiantes se entregó solito: se metió dos goles en contra y Central se quedó con una victoria que lo aleja del descenso y lo acerca a la punta de la tabla.

Gritan los 36.000 canallas que coparon el Gigante de Arroyito. Deliran. Sí, esos que vinieron desde La Plata eran los que metían miedo, los que van al Mundial de Clubes, los que muchos catalogaban como uno de los serios candidatos a ganar el Apertura. Pero en una noche extraña, Estudiantes se autopinchó con dos goles en contra, y Central supo cómo administrar los tiempos del partido para terminar firme y seguro de sí mismo, con una versión interesante.

Del "oleee", "oleeee" del domingo ante Vélez, Estudiantes pasó a vivir en carne propia esa impotencia de ver pasar la pelota sin saber cómo agarrarla. Si bien Central no lo arrasó desde el inicio, sí tuvo el oficio de un gaucho que lleva a fuego lento el costillar, sin apuro, porque supo cómo sacarle el mejor sabor. Para que el local tuviera esa frialdad de un asesino a sueldo, mucho tuvo que ver el rival y sus distracciones: que Núñez haya metido un pase magistral entre cuatro rivales para que Ambrosi metiera el central letal que Verón convirtió en gol, habla de una mala coordinación para salir a presionar en bloque. De haber sufrido en el primer minuto de juego (Broun le tapó un mano a mano a Salgueiro), el Canalla se encontró con las cartas a su favor.

Seguramente, con el resultado puesto más de uno podrá esgrimir que Sabella decidió guardarse a seis de los titulares que habían estado en la faena a Vélez. Aunque la realidad marca que, salvo el pibe Rojo, los que ingresaron no son nenes desconocidos (Cellay, Alayes, Matías Sánchez y Calderón). Entonces sí habrá que pensar en por qué de ese Pincha que llegaba como banca y con una imagen de equipo sólido, apenas se vio una imagen desteñida, con una alarmante pasividad para meterse en el partido.
Y esos chicos atrevidos a los que Cuffaro Russo les abrió la puerta en este torneo para que hicieran travesuras en la cancha, entendieron que no había por qué temerle al rival, supieron leer en el juego que era una noche para tocar, para animarse. Desde un mediocampo que tiene la alquimia justa de talento y sacrificio (el tándem Méndez-Paglialunga es de paladar negro y, también, overol), pasando por volantes externos que se mostraron siempre y llegando hasta dos puntas movedizos (sobre todo Castillejos, que volvió loco a Alayes), Central edificó en este torneo una imagen que obliga a detenerse en la fórmula: austeridad y mucha materia prima de la cantera. Aunque dos goles hayan sido por obsequios de un Pincha de caricatura, el dueño de casa tuvo momentos de un fútbol colectivo aceitado y convincente. Así, quedó a cinco de la punta y se escapa del temido descenso.

Fuente: Olé

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