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El Xeneize entrenó en Casa Amarilla y fue la despedida de Abbondanzieri. El Pato está cerca de cerrar su incorporación la Inter de Brasil, impulsado por el clima que se vive en Boca y el protagonismo que yo no tiene en el club.

En el mundo Boca pasa todo muy rápido. Pasas de blanco a negro en menos de lo que canta un pájaro. Sino pregúntenle al Pato Abbondanzieri. Hasta hace una semana era criticado, sí, pero el arco era de él. Abel Alves decidió ponerlo en el banco en lugar de Javi García y eso no es todo: está a un pasito de irse a Brasil a jugar al Inter de Porto Alegre. Boca entrenó a la mañana en Casa Amarilla y, al parecer, fue la última práctica del 1. Chau, cuack, adiós...

Así es, un trampolín que te lleva a la tapa de los diarios o un tobogán que te deja en el piso. Esto último se asemeja más a lo que le sucedió a Abbondanzieri. Igual, el arquero, 100% profesional, en un primer momento aceptó su bajo nivel y no tuvo inconvenientes de ser suplente. Ayer, con la certeza del que terreno que perdió es difícil de recuperar, decidió aceptar una oferta del Inter y mañana viajaría a Brasil a cerrar su incorporación al equipo de Porto Alegre. Por eso, es casi un hecho de que la de esta mañana fue la última práctica del Pato en Boca.

Los contactos comenzaron cuando Fossati, técnico del Inter, se enteró de la situación de Abbondanzieri. Ahí se comunicó con su representante y éste lo llamó a Cristian Traverso para tantear la situación. Tambíén hubo diálogos entre el Pato y el uruguayo y, con el convencimiento de que tendrá un lugar destacado en la Libertadores, Abbondanzieri le dio el ok para que avanzaran las negociaciones. De hecho Traverso viaja a Porto Alegre para tratar de ver las cuestiones contractuales y luego sí, desvincularlo de Boca.

Fuente: Olé