De Formica
El pibe de NOB dirigió el festival inicial contra una defensa malísima. La reacción de Boca no alcanzó.El Pato se equivocó cuando en la semana dijo que la defensa de Boca tiembla ante cada pelota parada. No. Directamente ni se mueve... En ese cabezazo solitario de Insaurralde a los dos minutos de juego, Newell's empezó a construir un triunfo justo pero sufrido, más allá del 3-0 parcial y del 4-2 final. Y Boca, en ese primer tiro libre en contra, comenzó a jugar un partido contra sí mismo. La defensa vs. el ataque. Boca contra Boca. Y claro, perdieron los dos. Porque no hay peor rival que uno mismo.
Igualmente, reducir los problemas del equipo de Alves al juego aéreo sería un error. No hay que mirar sólo para arriba. Los errores defensivos también se ven a ras del piso. Porque Ibarra cada día está más cerca del retiro. Porque Paletta podía jugar hasta mañana que no le iba a anticipar una pelota a Boghossian. Porque a Muñoz le faltan partidos en Primera... Es decir, fallas individuales sumadas a desinteligencias colectivas. Medel no puede cubrir solo el mediocampo y Alves no lo ayudó demasiado al poner de titular a Prediger, sin una sola práctica de fútbol con los titulares y con apenas un par de partidos en los últimos seis meses en Portugal. Por su espalda, Vangioni y Formica (tuvo una primera media hora perfecta) se lucieron y no se apiadaron de Ibarra. La idea de achicar las líneas para no generar huecos evidentemente no se cumplió. Y Newell's, rápido para la contra, tuvo el mérito de hacerlo notar en la red. 3-0 en 18 minutos y a otra cosa.
Pero no fue partido liquidado. Este Boca suicida también tiene su costado homicida. De mitad de cancha hacia adelante empezó, de a poco, a generar situaciones de gol. Riquelme, las pocas veces que pudo sacarse la molesta y eficaz marca de Mateo, distribuyó bien, hizo jugar y metió pases profundos. Uno de esos terminó en el penal de Insaurralde a Prediger que Palermo transformó en el gol del descuento.
En la segunda mitad, Newell's, como era de esperar, se quedó un poco. Ya no fue ese equipo rápido y contundente que se pareció al subcampeón del Apertura. Si bien Boghossian siguió demostrando cómo un 9 puede ser clave sin meterla, Formica, Achucarro y Bernardi perdieron chispa. Y Boca fue decididamente a buscarlo. Con el ingreso de Chávez primero y de Viatri después, sumó gente en ataque, achicó la diferencia y estuvo cerquita de empatarlo. Ahí apareció otro mérito del equipo de Sensini, aun con 10: la solidez defensiva, con Schiavi como abanderado del saque si quiere ganar.
Ese rechazo de Abbondanzieri que cayó en los pies de Bernardi terminó por decretar el resultado. Pero Boca, en esos fatales 18 minutos del inicio, ya se había matado solo.
Fuente: Olé
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