No hay quien lo calle
Mauro Boselli pudo sobreponerse a todo y hoy es el gran goleador del fútbol argentino. Está casi vendido a Inglaterra, empezó con todo en la Copa y en el Clausura, y quedó a solo dos goles de Juan Verón (padre) como máximo anotador del Pincha en la Libertadores. ¿Qué dirán en Boca los que lo dejaron ir?Si hay algo curioso en el fútbol es la vida de los goleadores. Cientos de ellos descollaron en sus inferiores y después a la hora de saltar a Primera pasaron desapercibidos. Algunos ni siquiera pudieron gritar en nuestro país y tuvieron que hacer carrera en el exterior para poder tener alguna chance en su tierra natal. El caso de Mauro Boselli no escapa a esas generalidades de los goleadores. El nueve del Pincha que ahora parece ya tener un destino en Inglaterra, que lleva sus goles al viejo continente por 8 millones de dólares, también debió remarla y mucho. Es que no le resultó sencillo ser hoy el gran goleador del fútbol argentino. Pasen y lean la historia de un goleador que se hizo a puro grito...
Boselli nació el 22 de mayo de 1985 en Capital. Con apenas 18 años debutó en la primera de Boca. Fue el 6 de julio de 2003, justo cuando los más grandes festejaban en la Bombonera una nueva Libertadores y los pibes fueron a poner la cara en Rosario ante Central. No fue el debut soñado, el equipo dirigido por Regenhardt perdió 7 a 2 con Central y eso marcó el comienzo de una etapa muy complicada en Boca. A la sombra de Palermo apenas puso jugar 59 partidos en cinco años de permanencia en el club. Es decir 11 partidos por año. Demasiado poco para un goleador que siempre que entró pagó con buenos partidos. En esa cantidad de partidos, Mauro marcó 11 goles lo que le dio un promedio de 0,18 por encuentro. Demasiado poco para poder ganarse un lugar en un club tan exigente como Boca. El primer semestre de 2008 terminó de marcarlo y con apenas siete partidos de titular en ese Clausura decidió marcharse. Estudiantes le abrió las puertas y él entró. Ahora no se quiere ir más...
En el segundo semestre de ese 2008 ya se encargó de hacer más goles que en los cinco años con la camiseta Xeneize. Boselli jugó 25 partidos entre Sudamericana y Apertura y gritó 12 veces. Se fue haciendo su lugar ya lejos de esa sombra de Martín Palermo y de a poco se fue sintiendo titular y dueño de un puesto. Así fue creciendo y tuvo su real explosión en la Libertadores que lo terminó consagrando: 15 partidos, ocho goles, máximo anotador del torneo más importante de América y una actuación convincente en el Mundial de Clubes hicieron que sus goles sean observados por el Birmingham inglés y ahora quiere despedirse con todo. En lo que va del año tiene cuatro partidos jugados y seis goles. En la Copa debutó con tres gritos y quedó a solo dos de la vieja Bruja Juan Verón, el máximo anotador del Pincha en la Libertadores con 13. Así va haciendo su camino Mauro. Lejos de aquellos días traumáticos en Boca y cada vez más cerca de Europa. El goleador se repuso a puro grito y ahora no hay quien lo calle.
Fuente: olé
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