Un paso adelante
El debut de Russo llegó con suerte: Hauche, unos centímetros en offside, metió el gol de un triunfo inmerecido porque San Lorenzo, con poquito, y aun con uno menos, fue más que Racing.
No se puede decir que Racing sea un equipo con suerte con todo lo que le tocó vivir en los últimos tiempos. Entonces habrá que convenir que el tipo con suerte es Russo. Porque ganar en el debut, así como ganó, sólo se le puede atribuir a la suerte. A veces se disfraza a la suerte hablando de circunstancias. En este caso, la suerte de Racing (o de Russo) tuvo que ver con que un línea (¿asistente?) no vio que Hauche estaba adelantado antes del cabezazo de Lugüercio que debió haber retenido Migliore. El arquero, a quien ya se le había escapado una bola anterior, agrandó el error del línea y sobredimensionó el debut de Russo. Porque, como dice Simeone, por los resultados todos los técnicos están en la mira.
Esclavo de sus palabras, el técnico de San Lorenzo fracasó anoche. Obviando sus palabras, en cambio, San Lorenzo debe irse a descansar medianamente conforme. Sin exagerar, por favor. No nos confundamos. Fue más que este Racing, bastante más en el primer tiempo y también cuando se dio cuenta de que jugando con uno menos también se puede atacar. Le costó tras la expulsión de Bottinelli. Leiva le sugirió al Cholo meterse como central pero el técnico bajó clara línea con el cambio: Meza por Romagnoli. ¿Entonces? A aguantar el cero y Alfaro a pelear contra el mundo. Cuando se dio cuenta (o cuando confirmó) de que Racing no tenía nada para hacerle daño, San Lorenzo volvió a animarse. El Kily dejó de ser tres bis, Leiva adelantó a todo el equipo y Rivero ayudó a que Pintos fuera casi un wing derecho. El uruguayo, paradójicamente, es el hombre diferente que tiene el equipo de Simeone. Y gracias a él, casi gana el partido.
El diferente de Racing, además de la solvencia de De Olivera, fue Grazzini. En un buen partido, se diría que con poquito. En este partido chato, rústico, y amarrete, ese centro medido a la cabeza de Lugüercio fue una genialidad. Una genialidad que habría quedado en la nada si el línea hubiera levantado la bandera. Pero el pasito adelante de Hauche pasó inadvertido. Y, al cabo, fue el pasito adelante que dio Racing para empezar a escaparle a su fantasma habitual. Hoy quedará Vivas como un tonto y Russo como un capo. Y Vivas se tuvo que ir, pese a que el equipo no respondió, porque perdió con Gimnasia (lo de los técnicos en la mira que decía Simeone). A Racing, hace una semana, le anularon mal un gol. Anoche le convalidaron uno que no valía. ¿Hay suerte o no?
Fuente: Olé




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