"Dios cuándo se va a terminar todo esto"
Daniel Vega confiesa en público que dan bronca e impotencia los malos resultados y que hay algo de mala suerte. Pero también entiende que falta afianzar al equipo.Pertenecer a este River es casi una experiencia religiosa -perdón Enrique Iglesias por el copyright de la frase-. Es que hasta los propios protagonistas del equipo rezan para entender qué les pasa. Pero, parece, las plegarias no llegan a destino. Ni siquiera aquéllas que pronuncia el servidor Daniel Vega. Aquí su confesión: "Este fue uno de los partidos más tristes. Me fui de la cancha de Independiente preguntándole a Dios cuándo se va a terminar todo esto". ¿¡Cuándo!?
Es difícil encontrar la respuesta. Le cuesta al Indio, un referente en este devenir tanto por disponer de uno de los pocos buenos rendimientos del torneo como por ser el único que, segundos antes del inicio de cada partido, invoca religiosamente a los poderes del cielo. "Este clásico fue uno de los que... (respira hondo, sopla). Bah, da bronca e impotencia".
Contrariamente al deseo del arquero, River viene siendo practicante y devoto del sufrimiento. "Nos cuesta mucho levantarnos cuando estamos en desventaja. Da bronca que cuando estamos haciendo un buen partido no podamos quebrar el marcador ni aprovechemos esos buenos momentos. Y después lo pagamos caro. Tenemos la mala suerte de que nos convierten ante cada error que cometemos". Acto seguido, el arquero compensa su diagnóstico crudo con un mensaje de amor y paz: "Pero bueno, debemos seguir trabajando y tratar de revertir esta situación lo antes posible. Y yo soy muy optimista en esto. Estoy con mucha fuerza, igual que todo el grupo, porque sabemos que no nos podemos rendir. Nos va a costar, pero vamos a sacar a River adelante".
Vega tomó la palabra en el momento en que empezó a acusar los primeros golpes de la irregularidad grupal. En las primeras cinco fechas fue el mejor promedio. Pero quedó expuesto en los rebotes en el empate ante Arsenal. Y el domingo tuvo una clara falla en el segundo gol de Independiente, saliendo a atorar a Busse sobre la línea y dejando el arco completamente libre. De todos modos, debe ser dicho que no fue el responsable de la última derrota.
"Creo que mejoramos en muchos aspectos. En el torneo anterior nos generaban muchos mano a mano, varias jugadas en las que yo sentía que eran peligro de gol. Y hoy no me pasa. Lo que sí veo es que pagamos caro cada error que cometemos", se lamentó y elevó sus plegarias.
Es palabra de Vega, el arquero aseguró que necesitan enhebrar dos triunfos seguidos, que deben encontrar un envión anímico, que entiende la impaciencia y el fastidio en la gente al no darse los resultados, que precisan hacer un buen partido con Huracán para llegar de la mejor forma al superclásico, que les está faltando una cuota de suerte, que están ávidos de contundencia... Pero, al pasar, también dejó una oración sincera que ubica a River cerca de ese lugar mundano en el que estuvo en estas temporadas: "Obvio que el objetivo es tratar de pelear un campeonato, pero también somos conscientes de que para eso tenemos que formarnos como equipo".
Esto quiere decir que al cabo de la octava fecha del Clausura casi no hay lugar para los milagros. River, antes, necesita salir de esta interminable racha negativa. "Dios quiera que sea pronto", oró Vega.
Fuente: Olé
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